Diario de una mentira. Capítulo 2
DIARIO DE UNA MENTIRA
CAPITULO 2
Los caminos del amor pueden llegar a ser intrincados, muy intrincados, pero nunca más que el amor mismo; casi siempre ocurre que cuando más vulnerables estamos, terminamos en medio de espejos distorsionados y reflejos confusos de nuestra sensible y bella humanidad.
Cómo pedirle al corazón que no se entregue a ese loco que anda suelto por ahí, haciendo de las suyas, siendo el Loki de los sentimientos, embaucando con argucia y al que inocentemente solemos llamar: amor....?
Es que este suele tomar forma humana y en este caso tuvo apariencia masculina, se presentó con el nombre de: GABRIEL.
CAPITULO 2
Los caminos del amor pueden llegar a ser intrincados, muy intrincados, pero nunca más que el amor mismo; casi siempre ocurre que cuando más vulnerables estamos, terminamos en medio de espejos distorsionados y reflejos confusos de nuestra sensible y bella humanidad.
Cómo pedirle al corazón que no se entregue a ese loco que anda suelto por ahí, haciendo de las suyas, siendo el Loki de los sentimientos, embaucando con argucia y al que inocentemente solemos llamar: amor....?
Es que este suele tomar forma humana y en este caso tuvo apariencia masculina, se presentó con el nombre de: GABRIEL.
"Con cuanto resplandor se iluminó mi mundo esta mañana!!!
Si tan solo me hubiese anticipado a la tempestad que amenazaría mi jardín de amapolas.
todo habría sido diferente"
Habían pasado los días desde aquella mañana del 27 de enero y como Gabriel lo anticipó al darme su número celular, lo llamé una madrugada; el escándalo que producía la ruidosa música, los coros de los borrachos y desafinados ebrios del lugar y al infeliz del administrador gritando "Histeriaaaaaaaaa", alimentando la estupidez de la gente, colmaron mi paciencia; así que tomé el celular, grabé el bullicio, busqué el contacto de Gabriel y se lo envié.
La sangre me hervía, quería desaparecerlos a todos y fue justo ahí cuando escuche el timbre de mi celular, era él: - Gabriel - Hola reina! el audio que me enviaste sale de la discoteca?
La sangre me hervía, quería desaparecerlos a todos y fue justo ahí cuando escuche el timbre de mi celular, era él: - Gabriel - Hola reina! el audio que me enviaste sale de la discoteca?
Por un instante quise decirle: Nooooo, es que me dio por salir justo a las 3 de la mañana para grabar el ruido de los borrachos en la calle y enviártelo para poder tener tema de conversación contigo, no ves que muero por escucharte... Cretino!!! Pero no lo hice, me comí las ganas y del modo más cortes le pedí que le bajaran a la música y que ese infeliz soltara el micrófono; recuerdo que de la manera mas serena me respondió: - Gabriel - Reina, que pena contigo, ya me comunico con mi administrador; si esto vuelve a ocurrir me llamas.
Efectivamente el volumen bajó y no habían pasado 15 minutos, cuando la gente ya estaba saliendo de la disco.
Así transcurrió el tiempo y las breves pero constantes visitas de Gabriel a mi oficina se hicieron más constantes, tenía divertidas conversaciones con Andrea y poco a poco, un poco más conmigo, hasta el punto que ya nos escribíamos y nos veíamos para compartir tiempo libre y contarnos nuestras vidas.
Al cabo de un tiempo, Gabriel nos invitó, Andrea y a mí, a otro de sus negocios, un pequeño y agradable bar en el centro de la ciudad; recuerdo escuchar a Andrea decirme:
- Andrea- Ana, no seas tonta, es evidente que le gustas y hace cuánto no te diviertes, vamos y pasamos un rato chevere, escuchamos algo de música, nos tomamos un par de cócteles y quien quita que tú la pases mejor que todas, finalmente es el dueño del bar el que te esta invitando, no seas mojigata, pero por ningún motivo te vayas a ilusionar con él, ese hombre es un "perro mujeriego".
-Le respondí entre risas: -Jajajajajaj...Lo que quieres es salir a divertirte a costillas mías... Fue entonces cuando le escribí a Gabriel un mensaje que decía: este viernes a las 9:00 p.m., voy con mis amigas.
Efectivamente el volumen bajó y no habían pasado 15 minutos, cuando la gente ya estaba saliendo de la disco.
Así transcurrió el tiempo y las breves pero constantes visitas de Gabriel a mi oficina se hicieron más constantes, tenía divertidas conversaciones con Andrea y poco a poco, un poco más conmigo, hasta el punto que ya nos escribíamos y nos veíamos para compartir tiempo libre y contarnos nuestras vidas.
Al cabo de un tiempo, Gabriel nos invitó, Andrea y a mí, a otro de sus negocios, un pequeño y agradable bar en el centro de la ciudad; recuerdo escuchar a Andrea decirme:
- Andrea- Ana, no seas tonta, es evidente que le gustas y hace cuánto no te diviertes, vamos y pasamos un rato chevere, escuchamos algo de música, nos tomamos un par de cócteles y quien quita que tú la pases mejor que todas, finalmente es el dueño del bar el que te esta invitando, no seas mojigata, pero por ningún motivo te vayas a ilusionar con él, ese hombre es un "perro mujeriego".
-Le respondí entre risas: -Jajajajajaj...Lo que quieres es salir a divertirte a costillas mías... Fue entonces cuando le escribí a Gabriel un mensaje que decía: este viernes a las 9:00 p.m., voy con mis amigas.
Fue justo esa noche cuando la tranquilidad de mi mundo llegó a su fin, un beso en medio de un baile selló el final de mi primavera. Meses después yo sentía que el amor se había acordado de mí, constantemente le escuchaba decirme que era muy importante para él, muy especial y no lo pude evitar, una mañana le dije si y luego, luego perdí, había iniciado su juego con ventaja para él.
SUCUMBIR
Era un lugar apartado de la ciudad a orilla de carretera; reservaba una oscura y fría habitación, carente de personalidad, llena de sórdidas historias de amantes y almas vacías que algún día se refugiaron allí, lejos de los ojos inquisidores de quienes no aprobaban su comportamiento; allí estuvimos él y yo, refugiados entre las cuatro paredes de una inerte habitación de motel, dándole rienda suelta a nuestros deseos y apetitos, devorando cada centímetro de piel, hurgando entre nuestras entrañas, sacando ese ser oscuro y primitivo que habita en nuestros cuerpos y escapa a través de nuestros ojos que complacidos se alimentan con la pasión de cada caricia, beso, gemido, entregándose sin medida ni reparos, en medio de eróticos movimientos, dejando entre ver la sumisión con que recibía cada castigo de su cuerpo penetrando el mío, sin poder escapar porque me tiene prisionera entre sus brazos, que se yerguen como barrotes, sometiendo mi voluntad y deseo a los suyos…. Así que cómo no mirarlo con hambre, deseo, lujuria, gula…. Con MORBO?
PIA ARIZAL
Te envío un fuerte abrazo Pia , besos tiernos mi bella amiga
ResponderBorrarGracias x regalar tus letras
Gracias a ti por llegar y comentar... para mí es un placer poder compartir un poco de sentimientos, pensamientos en letras.
BorrarAbrazos!!!!